Tras unas semanas de inusitada calma, al menos de puertas para afuera, Elon Musk dio detalles sobre sus próximos pasos en Twitter. El magnate busca relevo para el cargo de CEO, y el elegido podría asumir el mando a finales de este año. Antes, Musk tiene otras prioridades.
Su objetivo es encontrar el equilibrio después de un inicio marcado por las polémicas y los despidos; un estreno plagado de «montañas rusas», como él mismo definió. «Tengo que estabilizar la organización», afirmó Musk en el marco de la Cumbre de Goberno Mundial celebrada en Dubái, en unas declaraciones recogidas por AP. Quiere asegurarse de que la red social está en una «situación sana y que la hoja de ruta está claramente definida”.
El camino es exigente, ya que Musk definió a Twitter como una «una especie de startup al revés».
Otro punto fundamental del proceso será reformular al cultura de la empresa. «La idea es reflejar los valores de la gente en lugar de imponer los valores de San Francisco y Berkeley, que son una ideología de nicho. Y Twitter estaba haciendo demasiado por imponer un nicho«.
Será entonces cuando llegue el turno de ceder el control al nuevo CEO. «Probablemente hacia el final de este año será el buen momento», confirmó.
Pese a que públicamente no hay candidatos claros para recoger ese testigo, desde finales de 2022 viene creándose una lista de personas que podrían encajar en el cargo.
Jason Calacanis, una de las figuras más cercanas a Musk, es el más señalado. Emprendedor, empresario, impulsor de startups, autor y podcaster, desempeñó un papel importante como inversor en la compra de Twitter. En su trayectoria, además de una intensa actividad en el boom de las punto-com, destacan sus acertadas inversiones a través de Sequoia Capitals.
Por ejemplo, en el año 2007 invirtió US$25 mil en una startup de reciente creación: Uber. Su posición se ha multiplicado por 4,000.
Calacanis también tuvo acciones en Facebook (las vendió en 2018 y tildó a Zuckerberg de «inmoral»), y dirige junto a Molly Wood «The Week in Startups», un podcast enormemente influyente en el ecosistema business de EE.UU. Su ambición y su polémica personalidad encajan con el modelo Musk.
Para profundizar: Los tres escuderos de Elon Musk en su desembarco en Twitter
El Financial Times puso sobre la mesa otro nombre a finales de diciembre: Sheryl Sandberg. En junio de 2022 anunció su adiós a Meta tras 14 años como directora de operaciones. Graduada cum laude en Economía por la Universidad de Harvard, jugó un rol fundamental para hacer la compañía rentable, siendo decisiva en la llegada de la publicidad a la plataforma. En 2014 se convirtió en la primera mujer en formar parte del comité ejecutivo de Facebook.
Son dos de los nombres que han aparecido como opciones para suceder a Musk. Fiel a su estilo, el magnate tuvo una forma muy extravagante de definir el perfil que buscaba. En concreto, anunció que dejaría el cargo cuando encontrase «alguien lo bastante tonto para aceptar el puesto».
Musk explicó en el foro de Dubái que su operación de compra de Twitter, que se cerró a finales de octubre por US$44 mil millones, tuvo que ver con dos factores. El primero, una suerte de preocupación por la evolución de las redes sociales.
Buscaba crear «una especie de plaza pública digital de máxima confianza», donde personas de todo el mundo «pudieran comunicarse con los menores niveles de censura».
Llegados a ese punto, había dos opciones. A Musk le ilusionaba crearla «desde cero», pero reconoció que «comprando Twitter aceleraba» un proceso que, de otro modo, podría haberle llevado entre tres y cinco años.
Borja Santamaría
La millonaria industria de los influencers: cuánto ganan y cuánto generan para las empresas
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