La lógica es una ciencia que estudia la estructura o formas del pensamiento humano estableciendo leyes y principios válidos para obtener criterios de verdad.
De acuerdo con la teoría, la lógica es una de las disciplinas más antiguas, nacida de manera independiente entre los pensadores de las grandes civilizaciones clásicas y antiguas, como la china, la griega o la india.
En sus inicios, esta ciencia fue comprendida como un modo de juzgar el pensamiento para comprobar su validez formal, o sea, para reconocer cuál es el procedimiento ideal de razonamiento, aquel que conduzca realmente a la verdad.
Con el tiempo, ha sido considerada como un campo más afín de la matemática, sin embargo, en la cotidianidad se utiliza como sinónimo de “sentido común” o “manera de pensar”.
En los niños, el razonamiento lógico le permite desenvolverse en el mundo que les rodea, sirviendo de antesala a un correcto aprendizaje de las matemáticas cuando comienzan la etapa escolar.
Desde ese enfoque, el ser humano es capaz de analizar la información que le llega a través de los sentidos y llegar a conclusiones utilizando relaciones de causalidad, deducciones, aplicando una serie de reglas.
El desarrollo de esta habilidad en los niños se logra de forma muy paulatina, pasando de lo concreto a lo abstracto, hasta llegar a ser capaces de hacer sus propios razonamientos hipotético-deductivos.
Sobre este tema, el biólogo, investigador y padre de la psicología evolutiva, Jean Piaget, realizó importantes estudios que fijan las bases del desarrollo de la lógica en los niños.
En su Teoría de Desarrollo Cognitivo, planteó que el desarrollo cognitivo, es una construcción continua del ser humano, marcada por varias etapas, necesidades y acciones. En este, Piaget describe cuatro etapas desde, cómo se desarrolla y evoluciona el pensamiento lógico en los niños y cómo esta habilidad influye en la edad adulta.
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Esta es la primera en el desarrollo cognitivo, abarca desde el nacimiento y hasta los dos años.
Según Piaget, en esta etapa el niño se relaciona con el mundo que le rodea a través de los reflejos innatos y de los sentidos, siendo especialmente importante al principio el sentido del tacto (de ahí que todo lo que le demos a un bebé se lo lleve a la boca para explorarlo).
En esta etapa, según el psicólogo, los bebés están en una etapa sensorio-motora y juegan para satisfacer sus necesidades mediante transacciones entre ellos mismos y el entorno, hecho que se relaciona con lo que él llamó un “comportamiento egocéntrico”, es decir, aquel que está centrado en sí mismo y no en la perspectiva del otro.
Piaget dice que el comportamiento o lenguaje egocéntrico aparece como una expresión de la función simbólica que acaba de adquirir el niño.
El razonamiento del niño empieza a ser más fluido hasta el punto de que será capaz de elaborar sus propias conclusiones partiendo de problemas sencillos y cotidianos.
En esta etapa, los niños empiezan a ganar la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y por esta razón, son capaces de actuar y hacer juegos de rol. A pesar de este cambio, el egocentrismo sigue de alguna manera presente y por esto, hay dificultades a la hora de acceder a pensamiento o reflexiones más abstractas.
Sin embargo, los niños aún no pueden realizar operaciones mentales complejas, tal como lo hace un adulto, por eso, Piaget habla de lo que se conoce como “pensamiento mágico” que surge de asociaciones simples y arbitrarias que el niño hace cuando intenta entender cómo funciona el mundo.
Según Piaget, los niños son pequeños exploradores y científicos que buscan dar sentido al mundo que les rodea. Los cambios a medida que maduran no solo son cuantitativos, también tienen que ver en la forma de como conciben su entorno.
Los niños empiezan a usar la lógica para llegar a conclusiones válidas, pero para lograrlo necesitan situaciones concretas y no abstractas. También pueden categorizar aspectos de la realidad de una forma mucho más compleja.
Otro punto esencial es que el pensamiento deja de ser tan egocéntrico. Sus razonamiento todavía se situarán dentro del marco espacial y temporal en el que se encuentran.
En este período los adolescentes ganan la capacidad para utilizar una lógica que les permite llegar a conclusiones abstractas que no están ligadas a casos concretos. Es decir, pueden “pensar sobre pensar”, teniendo la capacidad de analizar y manipular deliberadamente esquemas de pensamiento. También pueden emplear el razonamiento hipotético deductivo.
Si bien, la teoría descrita por Piaget, habla de edades en las etapas de desarrollo, no hay límites fijos y estas edades sirven como referencia de las fases de transición entre una etapa y otra. Para el investigador es posible encontrar casos de desarrollo diferentes, en los cuales los niños tardan en pasar a la siguiente fase o se adelantan a las mismas.
La Teoría de Desarrollo Cognitivo es mucho de Piaget, es más compleja y se extiende más allá de la síntesis de sus cuatro etapas. Estos aportes han sido una pieza fundacional de la Psicología del Desarrollo y sin duda ha tenido una gran influencia, especialmente en psicólogos y pedagogos.
El trabajo del científico suizo ha servido como base para impulsar investigaciones más actualizadas sobre la forma como los niños crecen, se desarrollan y aprenden, y esto da cuenta del impacto de su aporte al entendimiento del desarrollo cognitivo infantil.
Por Dayana Rodríguez
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