¿Hay un método para que un bebé deje de llorar? En Japón descubren que sí

Por [email protected] | septiembre 14, 2022

Todo el que tenga hijos lo ha vivido. Es de noche y el bebé no para de llorar. Resulta agotador. La oscuridad, el silencio alrededor, la angustia de que tu hijo lo está pasando mal y la sensación de que tus vecinos lo están oyendo todo se mezclan para generar un clima estresante. Pero, afortunadamente, traemos buenas noticias desde el lejano Oriente. Un equipo de científicos japoneses ha descubierto una estrategia para calmar al bebé…, y parece que funciona.

Cinco minutos de paseo

Los investigadores del RIKEN Center for Brain Science de Japón han dado con la posible fórmula, y es mucho más sencilla de lo que imaginamos. «Muchos padres sufren por el llanto nocturno de los bebés», explica la líder de la investigación, Kumi Kuroda. «Es un problema muy importante y produce mucho estrés, sobre todo para los padres inexpertos». Según sus estudios, la mejor manera de calmar a los bebés cuando están llorando es cogerlos en brazos y caminar con ellos durante cinco minutos. La estrategia, basada en la evidencia, se publica este martes en la revista Current Biology.

Te puede interesar: ¿Por qué no recordamos los primeros años de nuestra infancia?

El equipo de investigadores estudió la reacción de mamíferos altriciales -aquellos cuyas crías son inmaduras e incapaces de cuidarse a sí mismas- como ratones, perros, monos y humanos. Observaron que cuando estos animales levantan a sus crías y empiezan a caminar, los cuerpos de sus éstas se relajan, y su ritmo cardíaco se ralentiza.

Comparación con otros métodos

El equipo comparó este método de relajación con otros muy habituales entre los padres como sostener al bebé sin moverse o acunarlo en los brazos. Así, analizaron la reacción de 21 lactantes en cuatro situaciones:

  • En brazos de su madre caminando.
  • Sentados en un carrito
  • Tumbados en un capazo
  • En una cuna mecedora.

Los resultados fueron reveladores. Cuando la madre caminaba con el bebé, los que lloraban se calmaban y su ritmo cardíaco disminuía en 30 segundos. Un efecto similar se producía cuando se colocaba a los bebés en una cuna mecedora, pero no cuando la madre sostenía al bebé sentado o lo colocaba en una cuna inmóvil.

Así, el equipo concluyó que sostener al bebé sin moverse es insuficiente para reducir su angustia. Por tanto, el movimiento tiene efectos calmantes para los más pequeños. Lo más eficaz es sostenerlos y caminar durante cinco minutos. Pasado ese tiempo:

  • Todos los bebés del estudio habían dejado de llorar.
  • Casi la mitad se había dormido.

¿Y al dejarlos de nuevo en la cuna?

Sin embargo, como ya habréis podido intuir los que sois padres, no todo es tan sencillo. El equipo también anotó que cuando las madres intentaron acostar a los bebés poco tiempo después de quedarse dormidos, más de un tercio de los niños se despertó a los 20 segundos. El motivo es que, según descubrieron los investigadores, mientras los bebés están pegados a la madre, sus cuerpos producen unas respuestas fisiológicas -incluidos cambios en el ritmo cardíaco- que concluyen en el mismo momento en que se separan de ella.

Afortunadamente, tras distintas pruebas, el equipo dio con una posible solución. Si después de dormirles, las madres esperaban unos minutos antes de acostar a sus bebés, era menos probable que estos se despertaran durante el proceso. «Incluso como madre de cuatro hijos, me sorprendió mucho ver el resultado«, reconoció Kuroda. «Pensaba que el hecho de que los bebés se despertaran al tumbarles estaba relacionado con la forma en que se les ponía en la cama, como la postura, o la suavidad del movimiento». La clave está, sin embargo, en la respuesta al contacto con la madre.

La propuesta final

Basándose en estos hallazgos, el equipo propone un método para calmar y promover el sueño en los bebés que lloran: sostenerlos y caminar con ellos cinco minutos, y después, sentarse y sostener al bebé entre cinco y ocho minutos más antes de acostarlos.

«La mayoría de padres somos intuitivos o escuchamos los consejos de otras personas sobre la crianza, pero necesitamos la ciencia para entender los comportamientos de nuestros hijos. Son mucho más complejos y diversos de lo que pensamos», concluye Kuroda.

Información de la agencia EFE

¿Eres de los que recuerdan los sueños?: Te explicamos por qué

Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.