Una mirada detiene el cibercrimen: la biometría aplicada a la seguridad

Por pferreras | julio 23, 2021

No hay nada que le guste más a un criminal que el caos. A medida que el mundo buscaba huir del covid-19, los criminales irrumpieron en el ciberespacio, aprovechando los picos repentinos de volumen en internet. “En los primeros meses de 2020, cuando el aislamiento en casa se estableció en todo el mundo, NuData, una compañía de Mastercard que utiliza tanto la biometría como el análisis pasivo para eliminar a los usuarios ilegítimos de las instituciones financieras y los establecimientos comerciales de todo el mundo, detectó un aumento del 679% por encima del promedio en la creación de cuentas sospechosas.

Los estafadores pueden estar creando cuentas falsas para hacer compras usando tarjetas de crédito robadas, o usando códigos de identificación de la dark web o web oscura, para solicitar líneas de crédito.

En momentos tan inusuales, la actividad inesperada puede activar tantas alarmas como para generar ruido”, dice Jorge Arbesu, vicepresidente de Ciberseguridad e Inteligencia de Mastercard.

Los comerciantes no saben qué esperar. Algunos se ven tentados a eliminar ciertas capas de sus barreras de seguridad para evitar el bloqueo de los buenos usuarios, tales como las solicitudes de contraseña de un solo uso, porque es difícil descifrar las interacciones que son genuinas de las que no lo son.

“No basta con simplemente ver parte de la información para tomar una decisión; se necesita un enfoque integral para suprimir ese ruido, superar ese obstáculo, y separar a los buenos actores de los malos. Y eso no se puede lograr con una contraseña única de ocho caracteres”, opina Arbesu.

Los avances en biometría —la tecnología que utiliza nuestros atributos únicos para la identificación y autenticación— está cambiando de métodos de verificación basados en el conocimiento a métodos basados en la identificación, de acuerdo con investigadores de la Universidad Purdue.

“Para quienes no usamos un gestor de contraseñas, las claves fijas y los PIN son tan confiables como nuestra memoria, es decir, a menudo son poco confiables. Microsoft, por ejemplo, gasta dos millones de dólares al mes en llamadas al servicio de asistencia de clientes que necesitan ayuda para cambiar sus contraseñas”, relata el informe.

La biometría física —aquella que compara las credenciales fisiológicas, como una huella digital y una coincidencia verificada— se ha convertido en algo común en los dispositivos móviles desde su introducción a principios de la década de 2010.

Las tarjetas biométricas con autentificación de huellas dactilares han demostrado ser un método conveniente y seguro para verificar la identidad del titular de la tarjeta para las compras en tiendas físicas como una alternativa a un PIN.

Otra innovación que elimina la necesidad de contraseñas es Identity Check Mobile, una aplicación que utiliza huellas dactilares o reconocimiento facial (también conocido como “selfie pay”) para verificar la identidad, mejorando la seguridad y acelerando significativamente el pago en internet. (tja)

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