‘Catch and Kill’: La historia de Ambra Battilana que dio vida al movimiento #MeToo

Por Karime Rivas | julio 16, 2021

Un incidente de apenas cinco minutos puede realmente cambiar el rumbo de una vida, y despertar un fuerte movimiento como lo es el #MeToo. Este movimiento feminista, es un entretejido bastante doloroso de historias de mujeres que han sufrido agresiones sexuales y de todo tipo. Cinco minutos fueron los que quedaron plasmados en un audio con la voz de Harvey Weinstein mientras le hablaba a la modelo Ambra Battilana, quién desató un escándalo más tarde en el 2017 gracias a un artículo del Pulitzer, Ronan Farrow.

Aquel trabajo periodístico se convirtió en un best seller, ‘Catch and Kill’, que luego dio lugar a un podcast y que ahora aterriza en HBO en formato de serie documental. Como modelo, tuvo que enfrentar más de un momento desagradable: primero fue Silvio Berlusconi, en el reconocido caso ‘Ruby tercero’ donde la modelo declaró frente al jurado en Milán, «estaba siempre con las manos encima de las chicas, besaba sus pechos y les hacía colocar el trasero en su cara». Más tarde, Harvey Weinstein se encaprichó con su falda mientras ojeaba el portafolio de la joven modelo.

Ambra Battilana a la primera había aprendido la lección a la perfección. Regresó al día siguiente con un micrófono oculto en su ropa, en una operación planificada por la policía de New York. En la grabación, Weinstein le invitaba a ir a su habitación y se disculpaba expresamente por haber tratado de manosearla el día anterior, mientras ella repetía que prefería irse. Pese a todo, la fiscalía no encontró en sus palabras pruebas suficientes para imputar al productor. De hecho, Battilana fue blanco de una tormenta de críticas cuando se conoció su acusación contra Weinstein y su relación con el caso Berlusconi.

El documental muestra en 6 capítulos la experiencia de varias de las víctimas de Wienstein, incluyendo el caso de Rowena Chiu, ex asistente personal de Weinstein. Pero además de las víctimas, Farrow también indaga en la trama que trató de silenciar el escándalo. Desde el intento de la cadena NBC, para la que el periodista trabajaba entonces de enterrar la historia, hasta el papel que jugó el investigador privado contratado para espiar a Farrow y que, de manera inesperada, decidió cambiar de bando y convertirse en una de las principales fuentes de su investigación.

Y no es de extrañar, de hecho el 90% de las mujeres que se han apalancado del movimiento #MeToo para dar a conocer sus experiencias vividas, son cuestionadas y hasta culpabilizadas por «provocar» ese tipo de comportamientos en sus agresores. Por suerte, la historia de Ambra Battilana se convirtió más tarde en el eje central del reportaje firmado por Farrow que desencadenó la caída en desgracia del productor y un movimiento global que creó la ventana para cientos de miles de mujeres. Desde entonces, la modelo colabora con la organización Model Alliance para garantizar entornos de trabajo seguros para las modelos como ella.

Ambra Battilana
Fotografía: Business Insider

El movimiento #MeToo ha conseguido grandes avances en la historia de la lucha femenina por la igualdad de derechos y la protección que el Estado y las empresas ofrecen a las mujeres. “Este movimiento ha conseguido que la sociedad, al menos en la esfera pública, ponga la carga de la responsabilidad en el acosador, y no en las mujeres. Les ha dado credibilidad y ha racionalizado que desde la violencia de baja intensidad con comentarios inoportunos hasta el acoso sexual más agresivo es responsabilidad de quien agrede”, señala la profesora Laura Nuño, directora de la cátedra de Género de la española Universidad Rey Juan Carlos. Un cambio de discurso que ya es difícil que se repliegue, dice. Porque cuando algo se clasifica como injusto ya no puede verse públicamente como tolerable.

Por qué con el caso de Ambra, por qué estas denuncias contra Weinstein y no las de hace dos, cinco o diez años, como las interpuestas contra Bill Cosby o el escándalo del presentador estrella de Fox, Bill O’Reilly. Es inevitable preguntárselo. Hay que buscar la respuesta en la expansión de los movimientos feministas, en la evolución que se venía cociendo desde hace al menos un año: la fuerza y resistencia del movimiento ‘Ni una menos’ en América Latina; la inédita Marcha de las Mujeres realizada en Washington contra la agenda ultraconservadora del ex presidente Donald Trump, un gobernante acusado a su vez de acoso; los paros de mujeres en todo el mundo; las multitudinarias manifestaciones contra la violencia machista. El movimiento #MeToo fue la noticia internacional del año 2017 y aún sigue siendo tendencia, por ejemplo, en Venezuela este año el movimiento protagonizó una ola de denuncias por acoso sexual y violación, que aún están con procesos legales abiertos y sin resolver.