¿Cómo las mujeres se convirtieron en el máximo exponente de la economía circular ?

Por Karime Rivas | junio 11, 2021

La economía circular ha cobrado fuerza en los últimos tiempos como un nuevo modelo integral de negocios, más sustentable y equitativo, que puede llegar a convertirse en una oportunidad para incorporar a las mujeres de lleno al sistema y en condiciones más igualitarias de participación y retribución.

Este modelo económico se basa en la reutilización, el rediseño, reciclaje y la remanufacturación de bienes y materias primas que ya tuvieron un uso original, pero cuya vida útil puede extenderse. Por lo tanto, requiere que el sistema actual de producción se transforme para que deje de extraer, producir y desperdiciar, con el fin de reducir la contaminación del medio ambiente.

La economía circular se basa en la reutilización, el rediseño, reciclaje y la remanufacturación de bienes y materias primas que ya tuvieron un uso original

Muchos académicos consideran que se trata de un modelo «feminizado», ya que nació con Ellen MacArthur, una deportista de élite que acuñó el concepto, que está abierto a una mayor participación de las mujeres en su configuración.

La economía circular tiene más oportunidades, porque resulta incompatible con el modelo de producción tradicional y acelerado que vivimos ahora.

La Organización de las Naciones Unidas impulsa acciones a favor del desarrollo industrial sostenible, como el que propone la economía circular, y con mayor inclusión para disminuir la pobreza. Ésta azota más a las mujeres: a finales de este año, por cada 100 hombres jóvenes que vivan en pobreza extrema, habrá 118 mujeres.

Es necesario incrementar los niveles de alfabetización digital en la región que busque iniciar con este modelo y nivelar la participación por género

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) realizó en 2020 el estudio sobre la economía circular en la región, en el que expone que para  facilitarse la transición hacia este modelo, es indispensable que las tecnologías de la Industria 4.0 (internet de las cosas, acceso a datos en tiempo real y la introducción de los sistemas ciberfísicos) sean asequibles y estén disponibles a gran escala. De esa forma, se pueden adquirir habilidades en campos donde la participación de las mujeres sigue rezagada, como las áreas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).

También es necesario incrementar los niveles de alfabetización digital en la región, que busque iniciar con este modelo y nivelar la participación por género sobre el uso de la tecnología personal y las tasas de empleo.

Mujeres como principales exponentes de la economía circular

Ellen MacArthur, es la principal exponente de este movimiento, además es quien incluso ahora busca colaboraciones en México: en mayo de este año presentó al gobierno federal y a algunas empresas, como Star Plastic, Danone y Nestlé su nuevo sistema llamado ‘Circulytics’, para migrar de un sistema de consumo a uno en el que no se generen residuos, con el fin de cumplir los objetivos planteados en el Acuerdo de París en la Agenda 2030 de la ONU.

Otro caso muy conocido es el de Kate Raworth, quien acuñó el término Doughnut (en referencia a la forma circular de una dona), una propuesta para el desarrollo sostenible con un esquema que combina el concepto de límites planetarios con el concepto complementario de límites sociales.

economía circular

Asimismo, en México está Fernanda Ayub, con su proyecto Yeyeco, basado en biotecnología. Esta es una empresa dedicada a la gestión y consultoría de proyectos químicos y tecnológicos, que tuvo la oportunidad de hacer crecer su equipo, sostenido en la economía circular. “Tenemos una ruta de calidad trazada y cosas que no sacrifico es la calidad de nuestras fórmulas, pero tampoco el ambiente laboral y las condiciones en las que el equipo trabaja”, dice Ayub.

Desde un inicio, se propuso un esquema de horarios personalizado por colaborador, añade. “Tengo dos mamás y una de ellas está divorciada. Por supuesto que requieren otro tipo de horarios de trabajo, de permisos, y nosotros nos adaptamos a eso”. También hay permisos para hombres, con el objetivo de que ellos puedan cumplir de forma más equitativa con las responsabilidades que tienen en casa.

Trabajar con base en un sistema circular, sostiene Ayub, promueve la sensibilización sobre la necesidad de equilibrar los roles de las direcciones, para que el papel de las mujeres se refleje en las tomas de decisiones relacionadas con la sostenibilidad.

Algunas empresas de la tecnología llaman a este modelo como ‘la industria 4.0’ y aseguran que en su consolidación desaparecerá la discriminación de género, ya que gracias a la tecnología los empleados conseguirán más libertad y flexibilidad, lo que favorecerá la participación de las mujeres en la fuerza laboral y, según algunos economistas, conseguirá reducir la desigualdad de género.

La industria 4.0 se abre a la mujer en busca de un talento “sin género”: El mundo vive una transformación digital y tecnológica “muy fuerte”, y las empresas requieren del mejor talento científico y tecnológico para aprovechar todas las oportunidades.

Está demostrado que los equipos mixtos son más potentes, generan más valor gracias a la diversidad y la riqueza que aportan sus miembros. Por ese motivo, estamos ante un buen momento para que la mujer adquiera protagonismo en el mundo de la ciencia y la tecnología. Siempre y cuando consigamos romper la “brecha tecnológica” y nuestras jóvenes se formen en carreras STEAM, es decir: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para el desarrollo de las actividades correspondientes a la era digital.