La comida sana puede ser una peligrosa obsesión

Por pferreras | mayo 25, 2021

La ortodoxia es un término que procede del griego (ortho, justo, recto, y orexia, apetencia), así que ortorexia vendría a significar “apetito correcto”, aunque hoy en día denominamos así a un trastorno que consiste en la obsesión por la comida sana. Aunque la ortorexia no ha sido reconocida oficialmente en los manuales terapéuticos de trastornos mentales, los escasos estudios en torno a ella sí parecen confirmar que detrás de la obsesión por un menú escrupulosamente limpio subyace con frecuencia un trastorno psíquico.

La preocupación patológica por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas, además de aquellas sustancias que hayan sufrido alguna clase de “condena o superstición”.

Esta práctica puede conducir muchas veces a que se supriman la carne, la grasa y algunos grupos de alimentos que, en ocasiones, no se reemplazan correctamente por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales.

Aunque todavía no están lo suficientemente contrastados, algunos criterios diagnósticos para la ortorexia serían:

  • Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana
  • Preocuparse más por la calidad de los alimentos, que del placer de consumirlos
  • Disminución de su calidad de vida, conforme disminuye la calidad de su alimentación
  • Sentimientos de culpabilidad cuando no cumple con sus convicciones dietéticas
  • Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente
  • Aislamiento social provocado por su tipo de alimentación

Causas

La influencia de los medios de comunicación, que cada vez dedican más tiempo y espacio a temas dietéticos, ha podido incidir en la aparición de obsesiones sobre la alimentación sana y los consecuentes trastornos endocrinos.

Entre las razones que pueden conducir a la ortorexia están:

  • La obsesión por buscar una mejor salud
  • El miedo a ser envenenado por la industria alimentaria y sus aditivos
  • Haber encontrado una razón espiritual para comer un determinado tipo de alimento

Consecuencias

Las consecuencias físicas, son las mismas que las que una inadecuada alimentación puede provocar:

  • Desnutrición
  • Anemias
  • Hipervitaminosis o en su defecto hipovitaminosis
  • Carencias de oligoelementos
  • Hipotensión
  • Osteoporosis, etc.

Además existen también consecuencias psicológicas tales como:

  • Trastornos obsesivos compulsivos relacionados con la alimentación
  • Alteraciones del comportamiento
  • Depresión
  • Ansiedad

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