¿Podrá RD implementar los bonos verdes en el sistema financiero?

Por pferreras | agosto 10, 2021

Desde hace algunos años, el cambio climático ha sido una preocupación relevante a nivel mundial por los impactos que puede generar en el desarrollo económico y social. Aunque el sector financiero tiene una huella de carbono más acotada con respecto a otras industrias, no está ajeno a los efectos del calentamiento global y tampoco puede restarse de la implementación de cambios que contribuyan a la mitigación de los efectos del mismo. Los bonos verdes pueden ayudar.

Hay instituciones adoptando, tanto en su gestión de riesgo como en sus prácticas y estrategia, factores de sostenibilidad ambiental.

Sin embargo, según la primera encuesta realizada por la Iniciativa Financiera de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI) junto al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) a los bancos de América Latina y el Caribe sobre “Cómo los bancos incorporan el cambio climático en su gestión de riesgo” (encuesta realizada a 78 instituciones financieras), se pudo concluir que los bancos tienden a ver el riesgo climático más bien en cómo las empresas (clientes) impactan al medioambiente, sin analizar el grado de exposición de esas entidades frente a las amenazas climáticas.

Lo anterior, refleja que la incorporación en el análisis de riesgo del cambio climático aún es baja en el sistema financiero, aunque se observa que hay instituciones que están empezando a adoptar tanto en su gestión de riesgo como en sus prácticas y estrategia factores relacionados a la sostenibilidad ambiental.

Existen varias alternativas para incorporar las finanzas verdes dentro de los productos y servicios ofrecidos por las instituciones financieras; entre ellas, los créditos hipotecarios para viviendas sustentables, préstamos para vehículos eléctricos, financiamiento de gestión de residuos y bonos verdes.

Los bonos verdes son valores de renta fija que tienen por objeto financiar proyectos nuevos o existentes que contribuyan a la conservación del medioambiente. Estos bonos surgieron en 2008, el Grupo Banco Mundial fue el primero en emitir un bono verde, por US$440 millones. En 2013, la Corporación Financiera Internacional (IFC) realizó su primera emisión, por US$1,000 millones. A marzo de 2021, el IFC había emitido 178 bonos verdes, por un monto total de US$10.6 billones.

En 2019, la Bolsa y Mercado de Valores de la República Dominicana (BVRD) publicó la Guía de Bonos Verdes y el Segmento de Finanzas Verdes. Estos documentos señalan que todos los emisores del mercado tienen la posibilidad de emitir bonos verdes.

Para la inscripción de estos bonos, los emisores deben ajustarse a la normativa dictada por la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) para bonos tradicionales y deben contar con una certificación de que el bono sea verde, emitida por un tercero verificador. Este debe ser una institución consultora que revisará que el emisor cumpla con lo estipulado en los Green Bond Principles, creados por la International Capital Markets Association, apoyada por el Banco Mundial.

En abril de 2021, la SIMV aprobó la primera emisión de renta fija verde de un fideicomiso, por un monto de hasta US$100 millones, dirigido a proyectos de energía renovable.

Las finanzas verdes son una buena oportunidad para reducir el impacto al medioambiente, motivando al sector real a comprometerse con la acción climática. Además, los bonos verdes pueden alcanzar una menor tasa de interés y una mayor transparencia de los recursos invertidos, siendo atractivos para emisores e inversionistas. (msr)

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