Las microempresas, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) representan más del 90% de la totalidad en el mundo; en promedio, el 70% del empleo total y el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) global. Tras el impacto del covid-19, este sector se ha visto grandemente afectado en América Latina, siendo calificado así como el eslabón más débil del tejido económico de la región.
Entre las principales problemáticas que ralentizan la recuperación de las pequeñas y medianas empresas es la dificultad para acceder a créditos bancarios, junto al regreso a la normalidad, es decir, fronteras completamente abiertas y establecimientos funcionando a su capacidad total.
«Estuve meses esperando respuestas de los bancos. Siempre he sido muy buena pagadora, pero esta crisis me ha consumido»
Según informaciones recogidas por Efe, en el centro de Santiago de Chile, la dueña de una pequeña abarrotería, Valentina Sánchez, hizo «lo imposible»: recorrió todas las sucursales bancarias del barrio, postuló a ayudas sociales y pidió dinero a todos sus allegados, pero a finales de abril se vio obligada a cerrar.
El negocio mencionado anteriormente es apenas uno de las 2,7 millones de empresas formales que se han visto obligadas a cerrar sus operaciones desde el impacto inicial del nuevo coronavirus; esto supone una pérdida de 8,5 millones de empleos (como mínimo), afirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La posibilidad de una recuperación eficiente dependerá del PIB y las medidas impuestas por cada uno de los gobiernos latinoamericanos, sin embargo, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la comisión, apunta que entre ellas deberían destacar la ampliación de los plazos y alcances de las medidas de liquidez y crédito, el cofinanciamiento de la nómina salarial y las transferencias directas a trabajadores autónomos.
Sin embargo, la crisis del covid-19 ha enseñado que la pandemia y las medidas de contención no afectan a todos de la misma manera. Dentro del sector de las Mipymes, las lideradas por mujeres, jóvenes, minorías étnicas y migrantes, fueron las que más sufrieron.
Las tasas de pobreza se dispararon durante la incertidumbre a principios de 2020, alcanzado los niveles regionales del PIB de 2010, casi enfrentando una nueva década perdida como en 1980.
El día internacional de las Mipymes reconoce la necesidad de centrar la atención en la importancia de las mismas en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular la promoción de la innovación, la creatividad y el trabajo decente para todos.
Además también se busca resaltar la importancia de alentar la formalización, la participación y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas en los mercados internacionales, regionales y nacionales, en particular mediante el acceso de todos a la creación de capacidad y los servicios financieros, como la microfinanciación y el crédito asequibles.
Expertos señalan que las Mipymes son actores clave para lograr una recuperación verde de la economía, que sea inclusive y sostenible a la vez.
A medida que los gobiernos vacunan a sus poblaciones, el mundo continúa lidiando con varios otros desafíos que incluyen los efectos continuos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Si no cesan estos problemas, se espera que estas tres crisis tengan graves consecuencias negativas para el crecimiento económico, la salud humana y los ecosistemas, el empleo y los medios de vida.
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