Búnkeres ocultos: mejor no buscar un conflicto con Suiza

Por mobyrne | agosto 1, 2021

Paisajes idílicos, infraestructura avanzada, así como bajas tasas impositivas al capital internacional. Así conocemos al 5º país más rico del mundo, con un impresionante PIB per cápita de $75,890 dólares en 2020. Este último solo se contrajo en 0,5% como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Suiza se declara a si mismo desde 1815 como una potencia global neutral. No solamente por motivos altruistas, sino también para mantener la integridad de su territorio, más pequeño que el de RD.

En el país helvético, la seguridad y la planificación son fundamentales. Allí se ha inventado desde la navaja multiusos con sacacorchos, hasta la prohibición de circular en bicicleta sin seguro de accidentes. Pero también se contempla que cada construcción nueva, privada o pública, está obligada a tener bajo su suelo un búnker, mantenido en perfecto estado ante un posible ataque. Hoy existen más de 300,000 refugios en casas, empresas, comercios, hospitales y colegios.

Desde la Guerra Fría se contempla por ley que cualquier ciudadano suizo tiene el derecho a estar protegido en caso de una agresión extranjera. Luego de la crisis de los misiles en Cuba, la paranoia alcanzaba a todos los rincones del planeta. Estos espacios de una frialdad diáfana también se utilizan como alacena. El Gobierno, que gasta $6,000 millones de dólares anuales en Defensa, aconseja almacenar agua y combustible. Y sugiere incluir, además de alimentos enlatados, chocolate, salchichas y queso.

Fascinantes instalaciones militares en Suiza

No es posible localizar fácilmente todos los búnkeres en el sótano de las edificaciones. Diferentes equipos periodísticos y curiosos visitan cada año la fortificación Villa Rosa, ubicada a 7 kilómetros de la frontera con Francia, y también cerca a Italia. Es una de las 12 fortalezas abiertamente clasificadas como tal, que se construían para defender al país de una invasión durante la Segunda Guerra Mundial, aunque pasa desapercibida para quién no sepa lo que esconde. Por fuera parece ser una típica casa suburbana veraniega de colores pastel.

 

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Detrás de sus cortinas, que en realidad son pinturas sobre las paredes, se esconden cañones, municiones, cajas fuertes y espacios blindados distribuidos en 3 plantas. Se cuenta con capacidad para albergar hasta 400 soldados por cabaña. Desde allí se pueden activar las detonaciones con dinamita de los puentes sobre el río Rin, principal afluente del centro de Europa. Aunque son preservadas con propósitos museísticos, las Fuerzas Armadas Suizas dicen estar dispuestas a usarlas si se requiriese.

La neutralidad de los Estados que opten por asumir esta postura internacional está regulada por el tratado de La Haya de 1907. Esta legislación no le impide realizar ventas ni compras de armamento, ni participar en intervenciones que cuenten con el permiso del Consejo de Seguridad de la ONU. Suiza cuenta de igual manera con neutralidad en el tránsito de embarcaciones civiles y militares a lo largo de los 800 km navegables del río Rin, desde Basilea hasta su desembocadura en Rotterdam, y por ende con una salida al mar. (mov)

 

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